fbpx
Evaluación

¿De qué hablamos cuando hablamos de evaluación?

El tema de la Evaluación es uno de los que más preocupan a quienes nos dedicamos a la Educación, se ocupe el cargo que se ocupe en el sistema educativo.

Ahora bien, antes que nada, y para evitar cualquier confusión, se debe partir de algunos conceptos que pueden llegar a servir para aclarar dudas.

Según el Documento “EVALUAR EN PANDEMIA” elaborado por Dirección General de Cultura y Educación- Subsecretaría de Educación en 2020: “Pensar en la evaluación no puede deslindarse de la necesidad de pensar en la planificación y en la enseñanza…(…) Evaluar no es calificar, sino que son dos momentos de un proceso amplio, complejo y diverso que requiere del saber pedagógico”.

 Este documento propone diferenciar:

Acreditación: La acreditación (parcial o final) de aprendizajes es el reconocimiento de un nivel de logro deseable alcanzado por los y las estudiantes, en una instancia curricular y en un tiempo determinado (Resolución CFE Nº 93/09). En este contexto, en relación con el Curriculum Prioritario elaborado institucionalmente.

Promoción: Es el acto mediante el cual se toman decisiones vinculadas con el pasaje de los alumnos de una etapa de escolaridad a otra, a partir de los criterios definidos institucionalmente. La promoción está vinculada con la acreditación de los distintos espacios curriculares y con la asistencia. Refiere a las condiciones de acreditación y evaluación de las unidades curriculares; el régimen de calificación, el de equivalencias y correlatividades.

Calificación: Es una instancia vinculada al proceso de evaluación, la cual se realiza en virtud de un juicio valorativo a partir del cual se pretende establecer el nivel de correspondencia entre los resultados esperados y los obtenidos sobre el aspecto que se esté evaluando.

El citado documento pone énfasis en la necesidad de comprender que si bien la calificación expresa los niveles de logro con respecto a la resolución de las propuestas de trabajo que reciben los estudiantes de parte de sus docentes, los juicios que se realicen deben ser más integrales y completos.

La evaluación no sólo le sirve al docente, por lo que, a partir de ella, puede revisar sus prácticas. No se puede entender cuando se escucha hablar de “bochazos masivos” y a los profesores, mirar desde afuera, como si la culpa fuera toda de los estudiantes que no estudian.

 El Prof. Hernán Javier  Aldana Marcos (Profesor en Histología en la carrera de Medicina en la Universidad de Morón) desde hace varios años, en su materia les permite a los estudiantes, concurrir con sus apuntes a los exámenes. Los mismos deben ser elaborados de puño y letra por parte del alumno, no valen fotocopias, ni libros (los revisa durante el examen). Con esta estrategia, el profesor estimula a la toma de apuntes en el aula y, por otro lado, se obliga a generar preguntas más creativas y significativas. Los resultados son muy buenos afirma este docente. El alumno o alumna que no estudia o no comprende lo que tiene que estudiar tampoco encuentra durante un examen las respuestas en su carpeta. Pero para los que estudian es una excelente forma de enseñarles a resumir, sintetizar y darles mayor tranquilidad durante el examen.

Existe, también, una experiencia llevada a cabo por profesor Laureano Sabatier, doctor de Ciencias Exactas de la UNLP, con sus alumnos de Química, con quienes implementó la Hoja de Apoyo (HDA), un apunte generado durante la preparación de un examen. En este documento, de no más de una hoja, cada estudiante volcó, en forma manuscrita, todo aquello que consideró conveniente tener a mano en el momento de la evaluación. Este formato involucra la organización previa de los contenidos, priorizando aquellos que sean relevantes, por lo que requiere elaboración y comprensión de qué y cómo estudiar.

Con la propuesta del libro abierto, como se la conoce, se pone en juego una visión sobre el aprendizaje donde realmente se construye. El profesor ayuda en la construcción de un aprendizaje consciente y verdadero. La lectura y reescritura del contenido afianza el concepto. No se pretende que un examen con libro abierto sustituya totalmente los exámenes tradicionales de libro cerrado que exploran fundamentalmente conocimientos, sino que los debe complementar.

Una buena solución, como proponen algunos autores, sería realizar previamente algunas evaluaciones de carácter formativo para que los estudiantes pudieran acostumbrarse al nuevo tipo de evaluación.

Camilloni (1998), (…) expresa que “el proceso de evaluar atraviesa los procesos de enseñanza y de aprendizaje de manera tal, que si se analizara y modificara en profundidad la idea de evaluar se modificarían sustancialmente los procesos de intervención de los docentes. Desde esta línea, se desprende que la evaluación del alumno implica a la vez la propia evaluación de la práctica docente, como una instancia necesaria para encontrar aquellos elementos que han favorecido u obstaculizado la construcción de los conocimientos, teniendo presente que este análisis es el posibilitará mejorarlas prácticas y consecuentemente brindar mayores oportunidades para que el aprendizaje tenga lugar.

Es un proceso y como tal, no es producto de un momento. Sin embargo, es necesario que, como docente, se conozca y se profundice sobre los tipos de Evaluación, las estrategias e instrumentos, así como las “devoluciones” que se le hacen al alumno como una instancia más en el proceso de aprendizaje, y por tanto, la información ofrecida por el docente en ese momento, ha de posibilitar  que el alumno pueda reelaborarla a fin de que logre construir esos conocimientos que no había logrado anteriormente. Aquí agrego “devoluciones constructivas” a las que hace referencia la Dra. Marta Tenutto en su libro “Planificar, enseñar, aprender y evaluar por competencias: conceptos y propuestas” (1a ed. – Buenos Aires, 2009.)

  Al reflexionar sobre un cambio de paradigma en la concepción de Evaluación, es necesario resaltar que no es posible pensarlo de manera individual, un cambio de paradigma requiere pensar que evaluar a nuestros estudiantes NO es ponerle una nota al final de un tema o una unidad, en una materia o al finalizar el ciclo lectivo. Aquí se profundiza el valor cuantificable de la evaluación.

 En “La evaluación como oportunidad”, Rebeca Anijovich y Graciela Cappelletti, consideran a la evaluación como una oportunidad, cuyo propósito es que “los alumnos pongan en juego sus saberes, visibilicen sus logros y aprendan a reconocer sus fortalezas y debilidades como estudiantes” (pág.13), es decir, las dimensiones del proceso de evaluación vinculada con la idea de ayudar a los alumnos a aprender y a reconocerse como aprendices.

Además, destacan la función pedagógica de la evaluación, y la diferencian de la función de certificación que se ha constituido en el sentido de la evaluación. Señalan a modo de reflexión “no se trata, o no solo se trata, de acreditar conocimientos, sino también de promover la toma de conciencia de los estudiantes sobre su propio aprendizaje” (pág.23)

Si queremos estudiantes capaces de insertarse en el mundo del trabajo, debemos pensar en una concepción de evaluación que sea una instancia de enseñanza y de aprendizaje para el desarrollo de las competencias y las habilidades que requiere el Siglo XXI. No podemos seguir evaluando sólo contenidos, y perder de vista el carácter integral de la evaluación.

Hola 👋
Un placer conocerte.

Regístrate gratis para recibir toda la información sobre eventos educativos, cursos, noticias y recursos para educadores.

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Mostrar más

Marcela Claudia Abete

De Necochea, provincia de Buenos Aires, Argentina. Licenciada en Educación Diplomada Superior en Enseñanza en Entornos Virtuales Diplomada en Políticas Públicas con enfoque de Derechos Actualmente Maestranda en Gestión y Gobierno de la Educación. Académica del IIBEC Paulo Freire y de la UBLA de México . Ex Inspectora de Enseñanza en la Dirección de Educación de Adultos y Formación Profesional de la Provincia de Buenos Aires Maestra Normal Superior Profesora Especializada en Educación de Jóvenes y Adultos con Postítulo de actualización académica para docentes de Educación de Jóvenes, Adultos y Adultos Mayores. Bibliotecaria Escolar. Archivista. Coordinadora Académica y profesora en el Instituto de Estudios Superiores Río Quequén de Necochea Profesora UTN REGIONAL MDP de la materia Planeamiento, conducción y evaluación del Aprendizaje. Capacitadora de SUETRA Sindicato Único Educadores Técnicos de la República Argentina Voluntaria de REDFED EDUCAR 2050

Deja un comentario

Botón volver arriba