Gestión

Ubicaciones de observador en la tarea de gestionar

¿Cómo pasar de mirar a observar?

Gestión y hacer, gestión y pensar, gestión y sentir.

Desde ese lugar explorar perspectivas para abordar la creación de condiciones.

El directivo busca poder tomar cierta distancia para comprender, vivenciar cierta ajenidad necesaria, operativa, realizar un esfuerzo conceptual, es parte.

Se aleja simbólicamente, para poder sostener compromisos, con la posición institucional que desempeña desde su trabajo y desde su subjetividad.

La complejidad en el análisis, implica no simplificar, no reducir. No generar relaciones de certezas cerradas.

Establecer diferentes complementariedades. Buscar el misterio de nuevas maneras de establecer conexiones entre las diversas situaciones institucionales.

Las preguntas cumplen un lugar desencadenante para que ocurran cosas, para iniciar procesos.

Estas preguntas nos invitan a estar atentos, sensibles, algo más que perceptivos. Surgen en contextos emocionales, cognitivos, sociales.

Son estrategias de aproximación, siempre incluyen al sujeto /actor/ directivo.

Importante analizar la propia implicancia.

¿Cómo pasar de mirar a observar?

¿Cómo abrirme a la búsqueda de nuevas comprensiones entre datos, percepciones, juicios, prejuicios, sensaciones?

Elegir un recorte para ser observado, implica tomar una posición y distancias.

De modo transversal pensemos qué nos pasa en lugares de vistas o puntos panorámicos, qué significan, qué nos permiten.

Qué nos pasa cuando nos ubicamos en un punto panorámico o en un punto focalizado.

Intentamos poner en relieve, diferenciar, seleccionar, ponderar relaciones entre los elementos de una observación, ya sea amplia o acotada.

Buscar recorridos diversos, no caminos únicos. Detenerse para ajustar, evaluar, elegir alternativas.

La observación de ser una acción cotidiana, casi espontánea, convertirla, construirla como algo del campo de lo profesional, del oficio, del trabajo.

Romper con significados que la cargan de controlar, vigilar, desanudar sentidos, buscarle nuevos.

Les propongo ir más allá del tiempo material destinado a dicha acción, considerar a la observación como una actividad sistematizada, que recorre, se detiene, panorámica y foco, estar en la situación y no dejar afuera la complejidad.

Observar situacionalmente. Entendiendo que lo que observo no es una totalidad, no es fiel reflejo, me faltan partes, no es completa ni cerrada, es una foto, le falta movimiento…y las voces de otros actores sujetos institucionales.

Cuando observamos el peso lo ponemos en las interpretaciones que hacemos de lo que observamos y escuchamos.

Estamos incluidos en las escenas, con luces y sombras.

Comprender tiene que ver con una perspectiva, un lugar dónde ubicarse para otorgar esos sentidos y significaciones.

Recuerdos, experiencias, trayectorias de formación, socialización laboral se entremezclan, interjuegan a la hora de sentir, de pensar, de comunicar, de accionar.

Una clave en la gestión directiva: cómo impactan estas ideas en lo comunicacional. Tener en cuenta los aspectos técnicos del lenguaje, los diversos significados de los diversos contextos, como así también lo relativo a los vínculos entre quienes se comunican, la credibilidad pone en perspectiva las relaciones institucionales que necesitamos sostener.

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Graciela Muller

Graciela Rozenblum Muller: Psicopedagoga especializada en Formación de Formadores. Coach Profesional

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