Días hermosos, momentos únicos, sol a pleno, lluvia, frio…, las hojas del almanaque se desprenden como lo usual en otoño, estamos adentro, mirando por la ventana, como si fuera un film, del que no quisimos ser protagonistas; afuera un enemigo que no reconoce distinciones, que ejecuta su sentencia hacia los mas débiles, y nos hace transmisores involuntarios de su condena, viviendo una situación por la que nunca pasamos antes.
Nuestro interés aquí, es educativo, aunque desde el ámbito lo social, todo tiene relación, pues esta pandemia nos afecta a todos y desde los diversos roles que cumplamos. Buscamos que no se pierda la continuidad pedagógica, que los chicos puedan seguir construyendo conocimientos para que, cuando esto pase, continuemos con ”normalidad”, suponiendo que el mundo se moverá como antes de este Virus.
En ese necesario intercambio entre educador y educando, intervienen muchos actores que, directa o indirectamente, contribuyen a que se logre el objetivo propuesto. Los protagonistas principales, el Alumno, Docente, Contenido, dependen de un contexto para que el flujo de la comunicación sea fructífero, ese contexto donde antes interactuaban ya no es el mismo, ahora ese espacio pasó de ser físico a lógico, intangible, diferente, el Educador lleva las riendas directrices, genera las reglas, pero depende del interjuego con el Alumno, ese enriquecedor FeedBack que sirve para medir qué tan profundo llego el mensaje y qué interés se logró despertar en el otro, ya que en la génesis del conocimiento se necesitan y se implican, el rol del Alumno debe erigirse en constructor y el Docente ser el guía de esa edificación del conocimiento.
El contexto inmediato juega un papel transcendental, ya que muchas veces los problemas de la casa son una pesada carga que incide fuertemente en la apropiación de saberes, el factor económico es primordial, preocupa a todos, en especial a los padres, que muchas veces también son Docentes y que salpica a los chicos minando su bienestar, viendo a veces en peligro sus necesidades básicas, como la buena alimentación, y otras necesarias en estos tiempos, como el servicio de internet, PC, Notebook o Netbook, que posibilita el estar conectados. a estudiantes, a padres que tienen que trabajar desde la casa.
Situaciones extremas que en algunos hogares obligan a turnarse para la utilización de los equipos, o peor aún, hay en casas que no disponen de equipos ni de conexión a internet, y entonces ¿Qué pasará con ellos?, ¿Quedarán aislados del sistema?, como lograr la comunicación y captar la atención de estos chicos?
Es aquí donde entra en juego otro protagonista muy conocido por todos: “El celular”, muchas veces se planteó si era una herramienta o un problema usarlo en el aula, sin embargo en la actualidad su uso se transforma en una autopista de la comunicación, ya que la mayoría de los chicos tienen uno, lo cual se transforma en una ventaja, y se puede utilizar para enriquecer el aprendizaje, tornándolo más personalizado, potenciando la participación del alumno, recibiendo una respuesta y evaluación por parte del Educador.
La forzada escena está planteada, las condiciones de juego, nos fueron impuestas, como jugadores amateurs y especializados, los Docentes deben analizar el estado del campo y suministrar los recursos más atractivos posibles para incentivar al estudiante y esperar la ansiada respuesta, que de alguna manera nos permita anotar un tanto, y aprovechar la Pandemia para ganar la jugada, que nos convierta en ganadores de esta partida, que no elegimos, pero que la jugamos tratando de salir mejores, por la salud de la Educación.
