Liderazgo educativo

El mapa del liderazgo educativo II

Segundo artículo sobre el mapa del liderazgo educativo

Hace tan solo un par de meses empezaba esta serie de artículos sobre el mapa del liderazgo educativo. En la primera parte se hablaba de las primeras capas que conforman dicho liderazgo (cultura, currículo y evaluación, enseñanza y comportamiento) estableciendo una comparación con un GPS.

En esta ocasión, si seguimos destripando los entresijos de tal aparatejo electrónico (en sentido figurado), llegamos a cierta opción que debería incorporar el GPS del liderazgo y que es tan importante como las anteriores. No estamos hablando de un extra que sería ideal que un líder educativo tuviera, sino de una serie de habilidades y conocimientos que son, en mi opinión, necesarios para el desarrollo de un puesto de responsabilidad dentro de un centro educativo.

Así pues, entrando en el menú de configuración de nuestro GPS de liderazgo, nos encontraremos con el desarrollo profesional. Pero, antes de entrar de lleno en este aspecto ¿qué entiendes por “desarrollo profesional”? ¿tienes un plan de desarrollo profesional en tu centro? ¿se incluye tanto a docentes como a no docentes? ¿está la formación planificada anualmente alineada con los objetivos del centro? ¿hay una formación continuada en el tiempo? Puedo escuchar ahora mismo como vuestra corteza prefrontal (conocida, curiosamente, como “corteza ejecutiva”) está conectando información de la que disponéis para responder a esas preguntas ¡me encanta!

El desarrollo profesional es un aspecto clave para mejorar no solo las habilidades y conocimientos del personal de un centro docente, sino también para el propio centro y, sobre todo, sus alumnos y, en definitiva, toda la comunidad escolar. Seguramente lo primero que se nos viene a la cabeza es el tiempo… ¿de dónde vamos a sacar tiempo entre claustros, reuniones de padres, redacción de informes, salidas educativas, correcciones, etc.? Por aquello de ser prácticos, lo más habitual es que pensemos en estas cuestiones primero, pero os animaría a ser primero más estratégicos y menos organizativos ya que, en mi opinión, para un líder educativo lo primero es el “qué” y después el “cómo”. Pensemos que queremos hacer y después ya pensaremos en cuestiones prácticas. Dejaremos el concepto del tiempo en stand bay de momento, ya que, en mi opinión, es más importante un desarrollo profesional coherente y mantenido a lo largo del tiempo (life-long learning que dicen en inglés) que la cantidad de tiempo dedicado a dicho desarrollo.

Entonces ¿cómo puede ser un líder educativo estratégico con el desarrollo profesional? Si entramos en los ajustes del GPS de liderazgo, dentro de desarrollo profesional, nos encontraremos con una serie de opciones obligatorias (a modo de cookies necesarias). Estas cookies nos informarían de que un desarrollo profesional efectivo muy posiblemente conlleve un cambio perdurable en las capacidades o, al menos, una mayor comprensión de que sus funciones pueden cambiar y mejorar. Los conocimientos por adquirir más efectivos suelen estar relacionados en la construcción de conocimientos y habilidades ya existentes, por ejemplo, a través de formación interna en la que se compartan conocimientos, casos de éxito, etc.

Desde un punto de vista estratégico y mientras miramos la pantalla del GPS para configurarlo, como líderes educativos deberíamos alinear el desarrollo profesional con las prioridades del centro y, también, focalizarlo en un esfuerzo común y compartido por mejorar los resultados de nuestros alumnos. Pero nos vuelve a salir el mensaje de error del GPS diciendo tan solo “¿Y el tiempo?” Pues hay que reiniciar el aparato para borrar ese mensaje. Está más que demostrado que la capacidad de atención y el rendimiento disminuye conforme pasan los minutos, por lo que debemos eliminar la idea de que una sesión de formación debe ser siempre extensa, síncrona y en la que esté todo el personal o un gran grupo de personas ¿por qué no grabar un breve audio o video y compartirlo con el personal? ¿es necesario tener a 10, 20, 50 personas en un mismo sitio durante una hora para explicarles cómo mejorar la planificación de sus clases y las expectativas del centro? ¿no podríamos enviar un audio dando ejemplos de cómo planificar y ofreciendo vínculos a recursos relacionados con ello, por ejemplo? De esta manera, cada miembro del profesorado podría escucharlo cuando tuviera un hueco en su agitada agenda diaria.

Cualquiera que sea la formación para los docentes, deberíamos leer la letra pequeña de las instrucciones del GPS para comprender que el profesorado tiene más opciones de éxito de aprendizaje si los líderes educativos crean un ambiente de apoyo, de confianza, donde se mantienen en el tiempo unos altos estándares educativos en línea con el proyecto educativo del centro. Además, resaltaría también que la formación profesional no solo se completa, sino que se le hace un seguimiento de implementación sino, sería como sacarse el carné de patrón de embarcación para luego no subirse a una embarcación en el resto de su vida ¿no tendría mucho sentido verdad? Pues, siendo estratégico de nuevo ¿qué sentido tiene un desarrollo profesional si después no se pone en práctica y se le hace un seguimiento de implementación? ¿haces ese seguimiento en tu centro? (Ya está otra vez el ruido de fondo de la corteza ejecutiva en marcha).

Bajo esta opción del GPS también nos encontramos la cookie del personal no docente ¿qué hacemos con ese gran equipo? ¿qué formación quiero que tengan más allá de riesgos laborales, manipulación de productos químicos o de manipulación de alimentos? Quizás necesiten mejorar sus habilidades informáticas para así poder comunicarme de una forma más efectiva con ellos; o quizás sea necesario que mejoren la interacción con el “público” (alumnos, padres, madres o visitantes); o quizás necesiten revisar la gestión del tiempo… las opciones de formación son muy amplias tanto para docentes como para no docentes.

En definitiva, crear un plan de formación de desarrollo profesional debería ser como crear una ruta en el mapa del GPS, en la que debemos incluir paradas que nos permitan llevar al personal a través de la ruta trazada por el equipo de liderazgo educativo de sus centros. De esta manera, el centro educativo llegará al destino marcado por la visión de futuro de sus líderes educativos.

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José Martínez Vicente

Creyente en compartir buenas prácticas y en crear entornos reflexivos y provocadores abiertos al debate de asuntos educativos. Con amplia experiencia en dirección educativa. En la actualidad, docente del Máster de Formación de Profesorado en la Universidad Isabel I de Castilla, profesor invitado del Máster de Formación de Profesorado en UDIMA (Universidad a Distancia de Madrid) y Coach de Liderazgo Educativo online para Best Practice Network en un programa de formación oficial para la obtención de la cualificación profesional como Director de Centro Educativo en el Reino Unido.

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