estrategias de enseñanza

¿Cómo generar vínculos significativos entre el saber y los estudiantes?

Aquellos/as  que recorremos las aulas diariamente y enseñamos en el nivel secundario más de una vez solemos  irnos del aula un poco  desanimados. Tal es así, que es muy común escuchar  en  los pasillos o en sala de profesores frases como: “ lo que dí hoy no tuvo los resultados que  esperaba” o  “los chicos  no me prestaron  atención” , “por momentos  hasta “parecía estar hablando sola” , “ya no sé qué hacer para que se interesen por el tema”, “les tomé evaluación y no sabían nada, incluso algunos entregaron en blanco… y un sinfín de frases desmotivadoras que  ponen al docente en un lugar a veces, me atrevo a decirlo, de víctima ya que se encuentra imposibilitado para cambiar esa realidad. Pero no todo está perdido.

En principio, para empezar a generar un cambio debemos aprender a leer esas señales  para animarnos a hacer de a poco  esa transformación. Muchas veces la palabra  “cambio”  suele ser temida por los docentes ya que implica tener que dejar de lado modos tradicionales de enseñar y que lleva a  tener que revisar y repensar lo que se hace en el aula, es decir  qué tipo de estrategias o qué  instrumentos  estamos  usando para programar las  clases. Es una oportunidad para obligarnos  a resignificar el lugar del conocimiento y el vínculo con los estudiantes.

 En segundo lugar, es  clave  no olvidarnos  de cuál es el objetivo primordial de la educación, es decir,  garantizar el derecho al conocimiento y nosotros como agentes del Estado, tenemos que hacer que ese derecho se cumpla, ya que es irrenunciable.  

¿Pero cómo lograr que los/as estudiantes transiten su camino por la escuela secundaria sin interrumpir sus trayectorias escolares? ¿Cómo  hacer para que su paso por la escuela sea lo más agradable,  motivador y  que las/os jóvenes se sientan cómodos? ¿Qué  podemos hacer para que  los alumnos/as   se involucren con las áreas de conocimiento y que asistir a clases sea una motivación y  no un pesar?   Hacernos  este tipo de preguntas, nos ubica en el lugar de la empatía, ya que nos posibilita poder ponernos en el lugar del otro, en este caso, el lugar  de  los/as  estudiantes. Cuestionarnos, problematizar lo que pasa, poner en foco  estos interrogantes nos dará una mirada más integral sobre esos planteos y como consecuencia nos dará herramientas  para cambiar esa realidad áulica que tanto preocupa.

Como todos sabemos, el ser parte de una institución educativa implica el trabajo con el otro, ya sea con un colega o con un equipo de gestión, lo que es muy favorable ya que eso nos muestra  que no estamos solos y que podemos compartir nuestras inquietudes y conflictos  con los demás, siendo una especie de responsabilidad compartida. 

Por último, estar abiertos a nuevas experiencias, animarnos a trabajar de manera colaborativa  y capacitarnos constantemente para poder implementar nuevas estrategias didácticas y nuevos formatos de trabajo para poder abordar el conocimiento en el aula, como por ejemplo Aprendizaje basado en proyectos, Saberes coordinados, Proyectos interdisciplinarios donde el conocimiento se pone al servicio del estudiante y lo ubica como sujeto activo, autónomo, sujeto de derecho y parte del interés y la propuesta del alumno/a resignificando su lugar , su vínculo y su lazo con el conocimiento.

Clarisa R. Gavazza

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