Tecnología educativa

Cómo tomar exámenes online: mejores prácticas

Existen diversos escenarios a la hora de evaluar online. Descubre cuáles son y hacia dónde se dirige el futuro del proctoring.

La evaluación de los estudiantes en la educación mediada por tecnología es un desafío que atraviesan muchas instituciones y que tiene que ver con la búsqueda de un método que valide el proceso de enseñanza- aprendizaje. ¿Cuál es el escenario que enfrentan las instituciones educativas hoy?

Ante una tendencia cada vez más grande de la enseñanza virtual en todos los estamentos educativos, producto tanto de la pandemia como de la creciente digitalización, las evaluaciones online se vuelven un desafío común que exige nuevos mecanismos y mejora de prácticas para su desarrollo. 

En la actualidad, muchas veces son los propios docentes quienes establecen métodos de evaluación mediada por tecnología para sus alumnos, la cual se realiza en la mayoría de los casos vía zoom y bajo el empleo de una vigilancia de los estudiantes. En Argentina, por ejemplo, durante el comienzo de la pandemia que vino a modificar por completo el escenario de la educación en las instituciones educativas de todo el país -más allá de las que ya venían liderando la educación online- se definió en un primer momento desde las autoridades educativas una evaluación sin calificación numérica, centrada en el acompañamiento, seguimiento, registro y devolución a las familias y a los estudiantes. Sin embargo, a más de un año del contexto sanitario, es una realidad que muchas instituciones afianzaron la enseñanza y las evaluaciones online, y hoy es necesario fortalecer estas prácticas tanto en el país como en distintos lugares del mundo para mejorar el proceso educativo en escuelas y universidades. 

Para esto, la clave es diseñar metodologías, proceso que requiere la aplicación de técnicas que validen el proceso de enseñanza-aprendizaje y que aporten al estudio y desarrollo de los estudiantes. El proctoring, que en su terminología en inglés alude a la supervisión de un examen presencial, emerge como una técnica que cada vez cobra mayor visibilidad en las instituciones educativas porque permite evaluar a los estudiantes en el lugar donde se encuentren, a través de pruebas monitoreadas y vigiladas desde distintos sitios sin importar la distancia. 

En estas pruebas online, la vigilancia puede ser visual y auditiva, bajo el uso de cámaras del teléfono o en la computadora con ordenadores monitorizados en caso de pruebas informatizadas. También existen herramientas informáticas que permiten visualizar la pantalla de la computadora donde el estudiante realiza la prueba, de la misma forma que existen exámenes adaptados a la virtualidad, como los test que permiten una corrección automatizada para brindar un resultado inmediato. En todos los casos, cada examen plantea ventajas y desventajas que será necesario barajar para tomar la decisión que más aporte al desarrollo integral de los estudiantes. En el tipo de exámenes a desarrollar, los alumnos pueden demostrar su habilidad comunicativa y de organización de los conceptos, en qué punto acertaron y dónde se requiere reforzar el conocimiento. En tanto los exámenes de tipo test permiten una asociación lógica de los conocimientos y una corrección más rápida, donde se pueden comparar resultados de los estudiantes evaluados todos de la misma manera. 

En este escenario, algunas recomendaciones a tener en cuenta para realizar evaluaciones online son contextualizar a los estudiantes, implementar preguntas sin tecnicismos, medir el tiempo de las respuestas y encontrar las herramientas de examen más adecuadas, priorizando las pruebas dinámicas, fáciles de implementar y que logren determinar el nivel de conocimiento de los estudiantes. También es útil avanzar hacia exámenes prácticos y evitar las respuestas de teoría memorizable y fáciles de ser copiadas, haciendo más foco en las preguntas de razonamiento que requieren un conocimiento integral de la materia. 

Del lado de los estudiantes, también es importante pensar en buenas prácticas que aporten a la experiencia del aprendizaje y desarrollo educativo. Para esto, es importante que en el momento de una evaluación corroboren los criterios de examen y chequeen la cantidad de preguntas y la duración o tiempos para resolverlas. Además, se sugiere la organización del tiempo, la lectura cuidadosa de las distintas consignas y el análisis de las preguntas. 

En conclusión, más allá de las herramientas y las distintas formas de evaluación que se apliquen desde cada institución educativa, pensar en buenas prácticas de examen debería contemplar un proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado, la seguridad de los datos y privacidad de los estudiantes, la accesibilidad de la evaluación a todos los alumnos y las prácticas fidedignas que validen las competencias de los estudiantes y los contenidos a evaluar. 

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Victoria Barberis

Soy Victoria, Content and Nurturing Specialist en Ed Machina. En Ed Machina optimizamos la gestión educativa de las instituciones de educación superior, a través de analítica avanzada de datos y modelos predictivos con AI.

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