Las instituciones educativas y las políticas de cuidado

En tiempos como estos, donde la educación se ve afectada por sucesivos cambios tecnológicos, sumado a la presencia de una pandemia que llegó para modificar algunas rutinas de la sociedad y también de las instituciones educativas, es preciso revisar cuestiones vinculadas con las políticas de cuidado.
Pero ¿de qué hablamos cuando hacemos referencia a las políticas de cuidado en la escuela?
A partir de la obligatoriedad de la escuela secundaria promovida por la Ley Nacional de Educación N°26.206, hubo una serie de modificaciones en el ámbito educativo, el lema obligatoriedad, inclusión, permanencia y terminalidad son el objetivo primordial de la mencionada ley desde su implementación. Esto llevó a tener que pensar otra escuela, una escuela donde todos/as los/as estudiantes puedan ingresar, permanecer y finalizar sus aprendizajes con calidad, que contemple las heterogeneidades, que enseñe desde y para la diversidad. Esta nueva institucionalidad hizo que los espacios sean “habitados por todos y para todos”.
Las políticas de cuidado tienen que ver con pensar la escuela desde un enfoque de derechos, cuidar al otro y ser cuidado por el otro. Surge así el concepto de corresponsabilidad, es decir que los adultos y adultos docentes son los responsables en el marco escolar del cuidado de los adolescentes.
Pensar en políticas de cuidado implica poder implementarlas en el quehacer cotidiano de las aulas, es decir en diagramar propuestas áulicas enmarcadas en el cuidado, como por ejemplo abordar el trabajo y la implementación de la Educación sexual integral, trabajar con la prevención del uso de las redes, proponer instancias donde se trabaje el consumo problemático, la prevención del suicidio entre otras temáticas que la escuela debe implementar de manera transversal.
En este contexto de Pandemia que estamos atravesando, es necesario reforzar aún más el trabajo en las instituciones educativas y poner en práctica las políticas de cuidado. Una forma de hacerlo es respetando los protocolos de regreso seguro a las aulas, trabajar con la toma de conciencia y el cuidado del otro, poder dialogar con las familias, los estudiantes, los docentes sobre cómo están transitando esta grave situación desde el año pasado.
Es importante además poder trabajar desde los Equipos de conducción y los Equipos de orientación escolar realizando seguimientos de los estudiantes. De esta manera ante cualquier situación de vulnerabilidad educativa poder realizar nexos con otras instituciones y sectores como Centros de salud, Minoridad y poner especial atención y cuidado en aquellos adolescentes y jóvenes que puedan estar en situación de vulnerabilidad social, por ejemplo estar atravesando por situaciones de violencia intrafamiliar, acoso por las redes, enfermedades mentales y que producen un impacto directo en sus trayectorias educativas.
Ocuparse y preocuparse de estas cuestiones y poder abordarlas a tiempo de manera preventiva, es sinónimo de que la escuela está implementando las políticas de cuidado en pos de la mejora de la vida de los estudiantes que transitan en ella, de sus familias y de los docentes que forman parte de la escuela.
Clarisa R. Gavazza
Licenciada en Educación secundaria. Profesora de Lengua y Literatura