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Motivación en contextos educativos, ¿en qué lugar queda el director?

Desde un lugar que combina autoridad y poder, quien ocupa el rol directivo de una escuela incide (lo busque o no) en el clima motivacional de la institución que tiene a su cargo.

“Hablan de la soledad del director… y es, un poco cierto; yo me resigné mucho tiempo a aceptarla, no la quería aceptar porque decía, si vos tenés un buen equipo… En definitiva, sí, y ahora que terminé, mi camino, en la educación formal, puedo asegurar que sí.”

(Mariana, directora general de escuela privada)

La soledad del director

Es frecuente encontrarse con directores de escuela que hablan de la soledad del director, tal como Mariana casi reflexionaba en voz alta el día que hicimos aquella entrevista. Estaba finalizando su carrera profesional en la docencia, y la conversación trajo mucho en el reconto propio del momento.

Si usted es director/a de escuela, posiblemente entienda de qué habla Mariana. Como suele ser en diversas carreras profesionales, a veces se mira “desde abajo” algún rol con el deseo de llegar allí algún día; pero cuando el día llega, no todo es como se había soñado.

El director es el capitán del barco, pero no es el dueño.

Está a cargo de la tripulación, pero son ellos quienes se ocupan de los pasajeros.

El director, al final del día, es quien responde por que todos lleguen a buen puerto. Menuda tarea.

Autoridad y poder, dos factores propios del rol… y vinculados con la motivación

Un conocido acrónimo, el TARGET, pone en la A el factor de la autoridad como incidente en la motivación en el aula.

Desde allí pueden analizarse los diversos perfiles de profesores y de climas de clase, siendo que el perfil de profesor incide pero no es único factor que configura el clima de clase. Se ha hablado de estilo de profesor democrático, demagógico y autoritario desde que muchos tenemos recuerdo, ¿verdad? Pero también se puede pensar el clima motivacional no sólo en relación con esa gestión del poder que implican las tres mencionadas. Por ejemplo, McLean (2003) propone cuatro climas de clase, a partir del cruce de dos factores (el control y la cercanía con el alumno), estableciendo el clima motivante, el destructivo, el poco demandante y el que deja expuesto. Sostengo que todos los climas son motivantes, y por ello desde hace tiempo hice un matiz al que ese autor denomina motivante, cambiándolo por clima de progresiva autonomía (Elliff y Huertas, 2015; Elliff, 2022).

Pues bien, el director de una institución educativa tiene un lugar de poder, desde el cual ejerce un estilo de autoridad en relación con los profesores cuya tarea dirige, coordina, orienta; pero también en relación con los alumnos en quienes incide de modo directo a veces, y de modo indirecto siempre, precisamente en función del rumbo que imprime a la escuela con sus dichos y con sus hechos.

Motivación de los alumnos

Estando en rol directivo usted puede incidir en la motivación de los alumnos de la escuela, según lo antes referido. Hay mucha teoría útil para pensar la motivación en el aula; basta el ejemplo del TARGET para pensar en factores como el diseño de la Tarea, la gestión de la Autoridad (aquí, específicamente la autoridad del profesor en el aula), la gestión del Reconocimiento, los modos de organizar y promover el trabajo en Grupos, la Evaluación de los aprendizajes, y la gestión del Tiempo.

De sólo pensar en esos seis elementos uno podría agotarse, si de buenas a primeras nos dicen que en tanto factor motivacional tenemos que ocuparnos y propiciar tales o cuales cambios en cada uno de ellos.

Pues bien, cuando se habla del diseño de la Tarea suele plantearse el hecho de proponer a los alumnos desafíos moderados, puesto que esto incide favorablemente en la motivación de aquellos. Pero dijimos que usted había salido ya del aula, y que su incidencia es ahora a través de los profesores que coordina. ¿Qué hacer, entonces? ¿Iniciar ya mismo una propuesta innovadora centrada en la motivación de los alumnos? Le diría que, mejor, pensar también (y primero) en la motivación de los profesores; puesto que, aunque parezca un trabajo más para usted, a usted le conviene.

Motivación de los profesores

¿Todavía menos explorada que la motivación de los alumnos? Dijimos que sí hace un tiempo (Elliff, 2010) y diría otra vez que sí, y no por tener a mano la última revisión teórica del asunto sino por lo que se sigue viendo en lo cotidiano en las escuelas.

Caramba, me dirá usted desde su rol directivo, aquí viene la crítica para “lo que se ve en las escuelas”. No va de crítica sino de reflexión conjunta, y si me ha leído por ahí (Elliff, 2022) sabrá que estoy a favor de ponernos en el lugar de quienes están en las escuelas.

Cualquiera de los términos implicados en el TARGET puede pensarse también para el vínculo entre el directivo (o equipo directivo) y los profesores. ¿Qué tipo de tareas les pide a los profesores en su escuela? ¿Cuál es su estilo de gestión de autoridad; alguna vez se había puesto a pensar en ello? ¿Qué tipo de reconocimiento existe en la escuela que usted dirige? Claro, que la escuela no es suya, y hay cosas que vienen marcadas desde la instancia superior, ya sea funcionarios en caso de escuela estatal, ya sea propietarios en escuela privada. Y así se puede continuar la saga de preguntas, en relación con la implicación en trabajos en grupo, la evaluación del desempeño del profesor, la gestión del tiempo…

¿Motivación del director?

Sí, motivación del director.

Usted, que está en modo sándwich entre los profesores y los funcionarios o propietarios a quienes reporta su trabajo.

 Usted, cuyo rol implica cosas tan diversas como atender a padres con las más variadas inquietudes y necesidades; ocuparse de niños que se golpearon en el patio o adolescentes defraudados en el amor, rebeldes con y sin causa; proyectos educativos innovadores plasmados en siglas tales como ABP (¿esos era basados en problemas o en proyectos?) con o sin denominaciones en inglés, con o sin inteligencia artificial… y todavía más, ocuparse de que no hay papel higiénico en el baño de planta baja. Disculpe usted la referencia última tan prosaica, ¿pero a que algo de eso hay?

Motivación del director, sí, también. Y a usted le conviene poder pensar explícitamente también en su propia motivación, para hacer cosas al respecto.

Créase o no, a sus superiores (funcionarios o propietarios) también les conviene.

Cada escuela es un mundo, ¿pero en todas partes se cuecen habas?

No sé si las estadísticas están de acuerdo con ese dicho, el de las habas.

No sé si para muestra basta un botón.

Pero siempre recuerdo esa foto en Linkedin, conocida red profesional, a través de la cual una directora de escuela contaba con orgullo cómo se había quedado todo el equipo hasta las siete de la tarde hasta terminar de montar una espectacular puesta en escena (realmente se veía un trabajo formidable en aquella foto) destinada ya no recuerdo a qué instancia de aprendizaje. Siete de la tarde. Se puede pensar mucho acerca de los motivos que hicieron que cada una de esas personas estuviera allí hasta las siete de la tarde.

Las teorías acerca de la motivación tienen para aportarnos. Algunas, y de algunos modos. Ya sabe usted, quizás, que soy partidaria de poner la teoría en mis zapatos.

Si quiere sumarse usted, director/a, seguramente no será un camino infructuoso.

Referencias

Elliff, H. (2010) Historias de vida docente: una mirada émica a la motivación del profesorado. Tesis de maestría. Disponible en http://hdl.handle.net/10469/2992

Elliff, H. (2022) Motivación. La teoría en mis zapatos. Buenos Aires: Dunken.

Elliff, H. y Huertas. J. A. (2015) Clima motivacional de clase. En búsqueda de matices. Revista de Psicología, 21, 61-74.

McLean, A. (2003) The motivated school. London: SAGE.

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Helga Elliff

Prof. de Enseñanza Primaria y Preescolar, Lic. en Psicopedagogía y Mg. en Psicología Cognitiva y Aprendizaje. Su trayectoria profesional comprende docencia en aulas de diversos niveles educativos, intervención en contextos educativos desde diversos roles, clínica psicopedagógica e investigación en temas de motivación en contextos educativos. Condensa esa experiencia en sus propuestas de capacitaciones y consultoría en temas de motivación, y en su libro “Motivación. La teoría en mis zapatos” (2022).

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