El cambio climático es un problema colectivo real que se sentirá en todo el mundo y dentro de las comunidades con escasez, pérdidas y daños.
Los impactos del cambio climático tendrán un gran costo ambiental y económico, pero nos afecta primordialmente dada la filosofía de acumulación que estamos sustentando. Ahora se “es por lo que se tiene”; ahí está el problema. El objetivo implantado consiste en desarrollar el sentido de acopio.
Los efectos de los extremos climáticos, olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas, equivalen a la pérdida de infraestructura, riesgo de pérdida de vidas, medios de subsistencia y producción de bienes y servicios.
Lo que está ocasionando impotencia es pretender mantener un modelo de vida insostenible, de modo que la Declaración Oficial de Principios debe ser corregida.
La Declaración Oficial de Principios afecta directamente los quehaceres escolares ahí en los puntos referidos a Fundamentos y Objetivos de la Educación.
Los países líderes dicen haberse comprometido a mitigar el cambio climático y apoyar los esfuerzos de adaptación a través de la asistencia financiera por medio del Acuerdo de París y, anteriormente, del Protocolo de Kioto.
Los países que han conseguido construir economías poderosas no quieren oír hablar de reducción del consumo y del recorte de las aspiraciones materiales, pero eso es exactamente lo que se debe hacer: reducir al mínimo el consumo, e incrementar y desarrollar los intereses espirituales, intelectuales y socio afectivos, además de aprender a ajustarse y aprovechar los recursos disponibles, y la escuela es el lugar dónde se les ha de enseñar a hacerlo.
¿De qué se habla cuando se habla de “desigualdades”? De que unos tienen dinero y otros no. De que unos tienen poder y otros no. Pero, ¿de que valen el dinero y el poder ante las catástrofes naturales?
Se establecieron grandes expectativas para la discusión sobre pérdidas y daños causados por el cambio climático en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) de 2022 en Egipto. Ante los riesgos de pérdidas y daños las personas han de aprender a vivir diferente y, sobre todo, a no aislarse en su subjetividad, en estar siempre dispuestos al diálogo de igual a igual y a asumir responsabilidades.
¡Cuidado con lo que requiere financiamiento porque es un arma de doble filo! Quién más tiene más pierde.
Adquirir destrezas en adecuarse a las circunstancias es adquirir fuerza y resistencia. En todas las catástrofes sobrevivieron los que no dependen de los demás y no se dejan abatir o desanimar. Ser psicológicamente fuerte es un mandato que ha de desarrollar el sistema educativo.
De ahora en más van a pulular los oportunistas del cambio climático: asociaciones público-privadas, compañías de seguro climático, asociaciones emergentes, organismos internacionales y gobiernos. Es preciso mantener la mente firme y previsora.
Otra materia primordial a la que ha de prestarse particular atención es a la geografía. Salir del camino del agua, salir del camino del fuego o del viento. El conocimiento y la experiencia son una herramienta eficiente contra las dificultades.
Mantener a los alumnos conscientes y lúcidos y fomentar la diversificación de los medios de vida; esto reclama alinearse tras un Objetivo social claro y distinto de sinceridad, moralidad y honestidad. Se desarrollan la libertad y la igualdad cuando se escucha.
Hasta ahora, preciso es admitirlo, no hay ninguna posibilidad de acceso al mundo ideal montado por ‘la casta’, tanto política como económica. El “mundo” fue apropiado. Se adueñaron del ‘mundo’. El Nuevo Realismo filosófica nos libera de esa sujeción sin ninguna revolución, sólo demostrándonos que ese ‘no es el mundo’.
Cuando se escuche hablar de “desigualdad”, sépase que se está hablando dentro de los términos del viejo paradigma de dinero, poder, Terra Plana y geocentrismo.
